El discurso oficial de la diligencia, la acusiocidad, la eficiencia, la excelencia -y todos los sinonimos posibles- se vino al piso. El gobernador del Biobío, José Miguel Steigmeier, no alcanzó a durar 72 horas en su nueva responsabilidad.Nombrado en un cargo de exclusiva confianza del Presidente de la República, Steigmeier fue designado bajo la atenta y rigurosa dinamica de trabajo del ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter. El mismo que ahora dice que dejó sin efecto la nominación, pues reconoce que la información -entregada por El Mostrador- y que dejaba bajo sospecha de triangulación para el lavado de dinero de la ex Colonia Dignidad y vinculaba a Steigmeier al circulo de Paul Schäfer, lo ameritaban.
La nominación de José Miguel Steigmeier, fue una decisión política, y en eso tiene razón el Ministro del Interior. ¿Quién asume la responsabilidad política por la nominación?
En todo caso, el retraso en la venta de acciones de LAN Chile que se prometió vender hace rato y que aun no se realiza, la desvinculación de Chilevisión, el retraso en la nominación de intendentes y gobernadores, siendo que el triunfo electoral de la alianza conservadora fue en enero, y la desprolijidad -por decirlo con elegancia- en la nominación del ya ex-gobernador del Bio-Bio, están señalando lo que puede llegar a ser "la nueva forma de gobernar". Preocupante... ¿NO?
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