Mar/14/2010.- Un apagón sorpresivo vino a completar la seguidilla de eventos que han agitado a Chile luego del terremoto devastador del 27 de febrero. El jueves 11 y en medio de fuertes réplicas, algunas con carácter de terremoto, asumió el cargo de Presidente de la República el magnate Sebastián Piñera, en una ceremonia signada además por una serie de improvisaciones y errores que dieron cuenta de la falta de experiencia en materia protocolar tanto del mandatario como de su equipo.
Tras su investidura, Piñera se ha esforzado por brindar al país la imagen de un gobierno de extrema diligencia, realizando maratónicas reuniones de gabinete, visitas a la zona más afectada por el terremoto y otras actividades, induciendo a pensar a muchos analistas políticos que el millonario sigue comportándose más como candidato que como gobernante. El activismo desplegado, con fines claramente publicitarios, tampoco asegura soluciones de igual celeridad y podrían provocar la saturación y el rechazo en la opinión pública.
El apagón de este domingo que dejó sin energía a gran parte del país, mostró a un gobierno algo tardo en reaccionar, con el secretario del Interior más preocupado por el orden público y un ministro responsable del tema energía completamente ausente. Estos baches no se condicen con el perfil de alta calificación técnica que tienen los colaboradores de Piñera, lo que se han prestado para todo tipo de ironías provenientes del campo opositor.
Otro problema que mantiene al presidente en el ojo de la crítica, es la reticencia a deshacerse de sus acciones en LAN y otras empresas, cuya posesión resulta incompatible con el cargo. Mientras demora la decisión, los valores siguen incrementando su precio generando aún más suspicacias. En la eventualidad que insista en este comportamiento, las críticas podrían recrudecer aguando definitivamente el inicio de su gobierno y el clima de "unidad nacional" con la oposición, establecido tras el terremoto.
LFA - Santiago de Chile
Tras su investidura, Piñera se ha esforzado por brindar al país la imagen de un gobierno de extrema diligencia, realizando maratónicas reuniones de gabinete, visitas a la zona más afectada por el terremoto y otras actividades, induciendo a pensar a muchos analistas políticos que el millonario sigue comportándose más como candidato que como gobernante. El activismo desplegado, con fines claramente publicitarios, tampoco asegura soluciones de igual celeridad y podrían provocar la saturación y el rechazo en la opinión pública.
El apagón de este domingo que dejó sin energía a gran parte del país, mostró a un gobierno algo tardo en reaccionar, con el secretario del Interior más preocupado por el orden público y un ministro responsable del tema energía completamente ausente. Estos baches no se condicen con el perfil de alta calificación técnica que tienen los colaboradores de Piñera, lo que se han prestado para todo tipo de ironías provenientes del campo opositor.
Otro problema que mantiene al presidente en el ojo de la crítica, es la reticencia a deshacerse de sus acciones en LAN y otras empresas, cuya posesión resulta incompatible con el cargo. Mientras demora la decisión, los valores siguen incrementando su precio generando aún más suspicacias. En la eventualidad que insista en este comportamiento, las críticas podrían recrudecer aguando definitivamente el inicio de su gobierno y el clima de "unidad nacional" con la oposición, establecido tras el terremoto.
LFA - Santiago de Chile
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