jueves, 30 de septiembre de 2010

Ayer Honduras; hoy Ecuador

Nuevamente América Latina enfrenta un levantamiento policial-militar. En Honduras se desplegó integramente y culminó en un golpe de estado que derribó al gobierno de José Manuel Zelaya.

Hoy, hace algunas horas, el presidente Rafael Correa Delgado denunció que el Ecuador vive un intento de golpe de Estado por parte de la oposición. Correa, se encuentra en un hospital de la policía en Quito, retenido por fuerzas policiales.

Los ecuatorianos se movilizan hacia el centro de Quito para respaldar al Presidente Correa en donde el canciller Ricardo Patiño llamó a rescatar al Presidente del hospital de la policía.

El pretexto para el levantamiento de policías del Regimiento de Quito y de otras unidades policiales de provincias es el reclamo para que no se les quite las condecoraciones, bonos y todo tipo de beneficios, luego de que la Asamblea Nacional aprobó anoche una Ley de Servidores Públicos. El gobierno sostiene que los policías han recibido sustanciales incrementos salariales y que los bonos que aparentemente se les quita serán compensados en sus sueldos.

Lo que aparentemente era una manifestación reivindicativa derivó en un levantamiento de mayor envergadura y amenaza al proceso democratico, dejando en claro, que es posible la existencia de otros intereses detrás de la insubordinación.
La mejor forma de defender la democracia es impulsar -con los sectores populares y excluídos- una verdadera profundización de la democracia, resolviendo en todo momento las cuestiones más urgentes y estructurales en beneficio de las mayorías. Creo que ésta puede ser una primera lección

Un proceso de cambio democrático, por más timido que sea, siempre corre el riesgo de ser derrotado o diluido sino establece alianzas con los sectores sociales populares organizados y se profundiza progresivamente, debilitando, por contrapartida, las estructuras de poder de la derecha económica y política. Ésta puede ser una segunda enseñanza.

Los acontecimientos en Ecuador están en pleno desarrollo. Pero independiente de que se pueda contrarestar el levantamiento y conocer sus raíces más profundas, lo ocurrido hoy y lo acontecido hace poco más de un año en Honduras, éstas parecen ser algunas enseñanzas que la historia de América Latina nos deja... seguramente hay otras.