martes, 12 de agosto de 2008

La política del garrote, “o estás con nosotros o con nadie”.



La poderosa nación rusa ha hecho uso de la fuerza para contener el orden dentro de los países limítrofes que la rodean. El conflicto armado de Georgia así lo indica y demuestra que las poderosas potencias económicas y militares tienen un denominador común, “o estás con nosotros o con nadie”. El control de países vecinos es de primera necesidad para el equilibrio de las potencias, sucedió con Rusia de la misma manera en que Estados Unidos controla y maneja los gobiernos de Latino América.

Los deseos de la región georgiana separatista, Osetia del Sur, de querer ser parte de la OTAN y simpatizar con los sistemas económicos de occidente fueron reprimidos militarmente por los rusos causando la muerte de a lo menos dos mil civiles, la población fue severamente castigada hasta el punto en que el primer ministro de Georgia Vladimir Gurguenidze tuvo que aceptar la derrota, recién el día de ayer, lunes 11 de agosto el premier ruso Dmitri Medvedev declaró el alto al fuego. La reflexión es cruda y tajante, la diplomacia no sirve en casos en que la coyuntura estratégica militar de los países es afectada, solo con la represión y la eliminación de ideales se impone la postura del más fuerte. Claro que este símil es aplicable a todas las fronteras del globo.

Lo sucedido en oriente no deja de incomodar y voltear la mirada para reflexionar acerca de lo que pasa hoy en día en Latino América, nuestro vecino mayor, Estado Unidos controla gobiernos a fin a sus principios económicos y tácticos. Los intentos por desbaratar los gobiernos progresistas han sido innumerables. Hoy en día es sabido el ataque político y mediático que realiza en contra de gobiernos progresistas como Bolivia y Venezuela, entre otros, pero la línea de países latino americanos que adoptan posición anti imperialista ha evitado que se caiga en la eliminación de estos por medio de represión directa, el método adoptado por los norteamericanos es sutil, de nombre suavizado y encubierto, lo llaman “bloqueo económico”.

Georgia es ejemplo de lo que podría suceder en Latino América si no es posible frenar las ansias imperialista de nuestro vecino, claro está que los impulsores de ideologías son los gobiernos y no las personas. La alternativa que ofrece hoy el mercado político norteamericano se llama Obama, buen nombre para quien se opone a las malogradas intervenciones de Bush pero tal vez solo sea la alternativa a un mal menor que solo se puede enfrentar con la democratización real de gobiernos que, mediante la legitimidad pretender poner al pueblo por sobre modelos económicos.
Christian Vega

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