domingo, 28 de febrero de 2010

Una tragedia

El balance del sismo es una tragedia. centenares de muertos, miles de heridos, desaparecidos, destrucción. Un drama que se prolongará en el tiempo.
Miles de personas se refugian a la intemperie y esperan que los servicios eléctricos y de agua potable se restablezcan.
La evaluación final demorará un tiempo. Se impone una reconstrucción de viviendas, infraestructura vial, hospitales y escuelas. Habrá urgencias y prioridades.
Han transcurrido poco más de 30 horas de la catástrofe que sorprendió a un país que tiene un largo historial de fenómenos naturales similares. La naturaleza tiene sus propios tiempos.
En las últimas horas, la población busca con desesperación abastecerse de agua y alimentos. En las zonas mayormente afectas, principalmente en la ciudad de Concepción, al sur del país se han producido algunos saqueos a supermercados.
Progresivamente retorna la calma, pero las imagenes del desastre alientan las angustias y preocupaciones colectivas.
La población hace sus propias evaluaciones y exigencias. Muchos esperan la solidaridad y las ayudas del Estado. Otros esperan que el mismo Estado, una vez superada la emergencia humanitaria, destine los recursos necesarios para la reconstrucción y con ello abrir nuevas fuentes de trabajo. Todos miran hacia el sector privado y las grandes empresas en espera de alguna reacción positiva y satisfactoria.

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