El balance del sismo es una tragedia. centenares de muertos, miles de heridos, desaparecidos, destrucción. Un drama que se prolongará en el tiempo.
Miles de personas se refugian a la intemperie y esperan que los servicios eléctricos y de agua potable se restablezcan.
La evaluación final demorará un tiempo. Se impone una reconstrucción de viviendas, infraestructura vial, hospitales y escuelas. Habrá urgencias y prioridades.
Han transcurrido poco más de 30 horas de la catástrofe que sorprendió a un país que tiene un largo historial de fenómenos naturales similares. La naturaleza tiene sus propios tiempos.
En las últimas horas, la población busca con desesperación abastecerse de agua y alimentos. En las zonas mayormente afectas, principalmente en la ciudad de Concepción, al sur del país se han producido algunos saqueos a supermercados.
En las últimas horas, la población busca con desesperación abastecerse de agua y alimentos. En las zonas mayormente afectas, principalmente en la ciudad de Concepción, al sur del país se han producido algunos saqueos a supermercados.
Progresivamente retorna la calma, pero las imagenes del desastre alientan las angustias y preocupaciones colectivas.
La población hace sus propias evaluaciones y exigencias. Muchos esperan la solidaridad y las ayudas del Estado. Otros esperan que el mismo Estado, una vez superada la emergencia humanitaria, destine los recursos necesarios para la reconstrucción y con ello abrir nuevas fuentes de trabajo. Todos miran hacia el sector privado y las grandes empresas en espera de alguna reacción positiva y satisfactoria.
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